El encargo

El lápiz con el que ella cada mañana se lo dibujaba, a carboncillo, se había convertido en una extremidad más para Amaia. Desde que cesó el bombardeo, aprovechaba la hora de las musas, la del primer café, para retratar su pueblo y mostrárselo a Pablo tal y como lo recordaba. El frontón, la estación de ferrocarril, el mercado de los lunes, todo parecía cobrar vida de nuevo en aquellos cuadernos. Pero sus intentos fueron inútiles. Frente al lienzo en blanco, él comenzó a trazar la figura del niño, inerte, que Amaia sostenía en brazos. Después continuó con ella, con sus ojos que, convertidos en lágrimas, caían sobre las cenizas de Guernica.

(Ilustración de Eduardo González Clemente. Relato presentado al concurso Relatos en Cadena de la Cadena Ser, semana 2).

 

Respuestas a “El encargo”

  1. yolanda50

    Qué triste y que bien «dibujado».
    No tardaremos es escucharte en la Ser.

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  2. asiersusaeta

    Ya me gustaría, Yolanda! Y sí, me ha quedado un poco triste, ha sido un ataque de escritor en toda regla 🙂 Muchas gracias por pasarte, un abrazo.

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  3. montesinadas

    Asier un micro contundente, me gusta.Abrazos

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    1. asiersusaeta

      Gracias Manuel, a veces salen de estos, de los duros. Un abrazo!

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